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lunes, 15 de febrero de 2016

POR QUÉ ESCRIBO.

Estoy seguro de que si no hubiese  escrito y escrito tantos  papeles y blogs, y cartas que he dejado aquí y allá , no sería  ahora el mismo.

A veces pienso  que ya hubiese estado en  la cárcel, o más colgado que un fuet.Y hablo en serio.

Escribir es un alivio extraordinario. Y publicar también. Por  eso, al descubrir el mundo del blog me dije " ¡esto es lo que yo necesito!": escribir  y gente que me lea.

¿Que son pocos?, da lo mismo. Es  un  problema de salud  mental.

Conviví con un psiquiatra, hoy es el rey de la pastilla y, probablemente, él necesite ayuda médica, que un día sentenció: " tú tienes una forma de ser que te salva de la locura...pero  estás a un centímetro de ella ,y en cuanto dejes de ser así , te encierran".

¡Nos ha  jodido el profeta, que fue intimísimo   del Horinapla  Jordi Pujol y no vio que estaba como una puta cabra!.

Quizás lo que escribo hoy os  parecerá ridículo y, sin embargo, es muy cierto. Cuando escribes te  desprendes  de todo lo que amas y sobre todo de todo lo que detestas en uno mismo. Vamos, que te pones  a parir y  no  pasa  nada. Además , siempre hay alguno@  que   piensa "¡ a este tío le pasa lo mismo que a mi!".

Pues mejor, así somos dos.

Iré más lejos, si no hubiese escrito, hubiera matado a alguien. No es coña.

Los que me seguís de hace años sabéis a quien me refiero (no lo puedo citar por imperativo legal).

La escritura  es una liberación. Os aconsejo que hagáis  el ejercicio siguiente: cuando odies a alguien y sientan ganas de liquidarle, coge  un trozo de papel y escriban que Fulano es un puerco, un bandido, un crápula, un monstruo. 

Si  es tu suegra , "suegra, hija de puta, ¡que te follen!"  ( es sólo  un ejemplo).En seguida advertirás que ya le odias menos.  Se te dibujará una sonrisa en los labios. Y cuando salgas de tu despacho y te la encuentres en   el salón le dirás:

- ¡Que te follen!

¡No  hombre no!, ¡que era broma!.

No le dirás nada. Llevarás esa sonrisa puesta y no la matarás.

Es precisamente lo mismo que yo he hecho respecto a mí mismo. He escrito para injuriar a la vida y para injuriarme. Me he puesto   a  parir, y me he perdonado, porque al escribir  te ves como un espectador de tu propia película.

 ¿Resultado? Me he soportado mejor y he soportado mejor la vida.






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