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martes, 15 de diciembre de 2015

BUENAS COMPAÑÍAS

Me  gusta la gente  que tiene muy pocas creencias  en su vida. Escéptica , divertida , dispuesta  a modificar creencias absolutas a cambio de  dar un paseo detrás de un buen culo. O de   cambiar  el paso que le llevaba a asistir a un homenaje en su honor  por hacer unas buenas fotos  a un atardecer  que pasaba  por allí.

De mandar a  freír  espárragos  la eternidad  y andar una senda  que nace en un cruce caminos, un   camino   difuso  que se inicia  entre  hojas caídas en un otoño.

Los que  saben  que sólo se  puede  tener fe desde  la duda.

La gente de creencias sólidas  son los  que tienen la piedra preparada y cogida del puño , que se sabe  lo  suficientemente  pura  para  animar al mismísimo Jesucristo a tirar  una pedrada a   la  adúltera.

Esos  que  te indican  con el dedo  el camino recto que debes andar , y en cuanto te desvíes, mueven   la cabeza escandalizados y se verán obligados - ¡qué  otra cosa  pueden hacer!- a delatarte .

Estos  devotos , cuando  te corrijan , no ahorrarán en lágrimas a la hora de condenarte. En el Evangelio los tienes  muy  bien retratados : con  frecuencia detrás de la violencia  extrema se maquillan capas y capas de piedad y misericordia  fingida.


7 comentarios:



  1. No como tú: tu diosito no es el mío.

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  2. No como tú: tu diosito no es el mío.

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  3. Me gusta también ese tipo de gente... creo en pocas cosas y estoy en un cruce de caminos agotador. Gracias, me ha gustado leerte

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  4. Una gran pregunta es la diferencia entre "creer en Dios" y "tener fe". Lo que criticamos en los islamistas, la guerra santa que es contravención de la ley natural, es lo que sucedió con Abraham e Isaac: mátalo, le dijo Dios, y fue a por Isaac (el mismo mensaje que escucha el terrorista). Así, Lutero decía que las cosas son buenas porque Dios las manda, y no por ser buenas las manda Dios. Una vez mató Nietzsche a Dios, las cosas son buenas porque el hombre las quiere, no es que las queramos por ser buenas. En fin, un lío.
    Kant dice que el Espíritu Santo la cagó incluyendo ese pasaje. En fin, supongo que nadie es perfecto. Pelillos a la mar!

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  5. Sí uno se encuentra a veces con personas parecen tener una fe muy profunda, muy sana, que no es tanto que crean en esto o aquello, sino que parecen confiar en la vida, y aceptan las cosas tal y como vienen.
    Se dice que el dolor no lo ocasionan los propios eventos sino que lo único que duele es el echo de resistirse la no aceptación de las cosas tal como vienen.

    Eduardo

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  6. Está claro que la resignación estoica contribuye a la felicidad. Séneca decía que la puerta siempre está abierta, cualquiera puede suicidarse si no le gusta el mundo.
    Pero eso no parece que sea suficiente.

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