La vida es como una máquina tragaperras.
Es verdad que siempre hay un chino listo , obsesionado y enfermizo , que está dale que te pego delante de la máquina , y que de vez en cuando le salen unos botes - ¡kloin kloin, kloin!- alucinantes. Pero basta ver la cara del asiático para darnos cuenta que no muestra emoción alguna.
Le ha tocado tantas veces , que parece darle igual.
Tu corazón, tu cabeza, tu sensibilidad, tu carácter, son como un engranaje donde están muchas cosas que dan vueltas. Hay menos azar del que pensamos: tus padres, tus profesores, tus amigos, gente que viene, que va, que se cruza en tu camino ...todos van dando a la tecla del bonus, y la rueda va girando, y suena la musiquita , unas voces anónimas animan , desaniman, suena un carrilón...
La rueda va girando , y hace sus combinaciones: fuiste a estudiar a tal colegio, conociste a tal chica, te apuntaste a ese campamento, te expulsaron de tal asociación, se separaron tus padres, padeciste esa enfermedad, fuiste humillada porque eras gorda, o fea, repetiste curso...y, derepenete, depronoto, ¡pimba!: surge la combinación ganadora.
Te toca el premio gordo, una participación mollar, una pedrea...
Pero a condición de jugar. No vale rendirse. Ni vale dar una patada a la máquina. Son muchas las partidas que se juegan dentro de tu máquina...¡muchísimas!
Pero , y esto es seguro, un día todas las ruedas se alinean, y conociste a esa chica que hoy es tu mujer, o encontraste un sentido y una vocación que hizo que comenzases de nuevo...¡premio gordo!
No vemos la máquina tragaperras, pero a veces uno tiene la sensación de vivir en el azar y en la incertidumbre. Parece como que alguien anda , allá afuera, dándole a la palanquita y esperando.
No lo sé: ¡en ocasiones todo es tan absurdo!
Aunque en momentos concretos pueda parecer una "máquina tragaperras", la vida es mucho más que eso.
ResponderEliminarLa vida es, y debe ser sino ser un relato con inicio, argumento y trayectoria cuidadosamente dirigida por la razón moral en lo correcto y exacto del cada día.
Cada vez son más los que se dan cuenta y empiezan a vivir en lo exacto de la razón moral en el cada día.