Los domingos , en los soportales de la plaza Fuente Dorada, en Valladolid, se celebra un mercadillo de segunda mano en el que se pueden comprar rarezas . Aunque para raros, los vendedores y compradores.
Puedes encontrar cualquier cosa: un acordeón, dos trompetas, un violín y un saxofón, sombreros de fieltro marrón , colecciones del album Maga, muñecas sin un ojo, microscopios, monedas.
Hay relojes, balanzas romanas, todo un desecho de cacharros oxidados puestos a la venta.
Somos restos de cosas que vivieron con nosotros y que debemos desprendernos. Como se deshojaron los labios que nos besaron, los yoyos de nuestra infancia, los viejos libros que lloramos,o que soñamos...
En este mercadillo la gente tiene cara de tristeza y de pasar gana.Algunos sacan a la venta algunos de sus objetos usados. A mi me da mucha pena verlos, a los objetos, y a sus propietarios.
Esta mañana una señora muy señora vendía sus viejas botas. ¿Quién se compra eso, si no fuesen las botas de Madame Curie?
Un gitano bigotón vendía un paraguas. Un anciana ofrecía una mecedora rota. Un padre , con su hijo al lado vendía un gramófono. Alguien con cara anónima vendía un destornillador y unos prismáticos.
Estos cacharros se exhibían sobre una alfombrilla a los pies de cada propietario, que esperaba al cliente sentado fumando un cigarrillo o leyendo el Norte de Castilla .
Cerca un mendigo deambula pidiendo limosna No sé quién necesita más limosna, si él de dinero,o esta gente de amistad, de alegría, de compañía.O yo, de cualquier cosa que alguien me ofrezca.
También yo tengo muchos cachivaches que poner sobre una alfombra en le calle y esperar que alguien compre...¿pero quién quiere los restos de un naufragio?
Soy asidua de los rastrillos siempre que puedo. Yo colecciono muñecas rusas y cosa de Cola cao. Alguna rareza o cafeteras preciosas cuyas tazas estarán en otra parte. Alguna vez he conseguido juntarlas de nuevo.
ResponderEliminarYo también veo esos rostros y esas tristezas, pero también saludos, risas, alguna bronca. Un motor que no para...
Hablo a menudo del alma de mis cajas de Cola cao, de mis quecas, así llamo a las muñecas rusas, pero el alma es el que quedó impresa por sus anteriores dueños.
Me alegro haber encontrado este blog. un saludo.
Me quedo con esto hoy: "También yo tengo muchos cachivaches que poner sobre una alfombra en le calle y esperar que alguien compre...¿pero quién quiere los restos de un naufragio? "
Bueno, hay gente que vamos recogiendo pedazos para darlos vida otra vez.
¡Gracias, Mar,y bienvenida!
ResponderEliminar¡Gracias, Mar,y bienvenida!
ResponderEliminar;-)
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