Se ha descubierto que el escarabajo pelotero con la paciencia necesaria construye una bola con las heces que encuentra en su territorio y la arrastra hasta el nido para que la hembra deposite en ella una larva.
En ese trayecto nocturno el escarabajo se orienta también por la Vía Láctea, como los poetas, los aventureros, los descubridores...
Es pequeñito, y arrastra enormes bolas de heces para impresionar a las hembras.
También hoy hay mujeres que quedan impresionadas por las enormes cantidades de heces que deposita en su cuenta corriente en forma de dinero, de poder, de vanidad, que no deja de ser otro tipo de mierda.
Una vez conseguido su tesoro, este animal debe alejarse lo más rápido posible del montón de estiércol, pues allí se suele formar un verdadero campo de batalla entre los machos de su misma especie, donde todo vale para conseguir la bola más grande y dejar `fuera de juego' a sus contrincantes.
No insistamos en el poder de la metáfora.
Cuando llega la noche, estos sufridos pretendientes deben ser capaces de orientarse para seguir una línea recta para alejarse del montón de estiércol.
Los autores del trabajo, que se publica en la revista Current Biology, querían estudiar la forma en la que los escarabajos se guían con la luz de la luna para no perderse. Para su sorpresa, observaron que incluso en las noches sin luna los animales mantenían sus trayectorias. Intrigados, diseñaron un experimento para averiguar qué era exactamente lo que hacía a los escarabajos mantener el rumbo.
Los resultados revelaron que los animales tardaban lo mismo en completar el camino cuando se encontraban al aire libre que cuando estaban en el interior del planetario, bajo la luz de las estrellas y de la Vía Láctea.
Los resultados también plantean la posibilidad de que otros insectos nocturnos empleen la Vía Láctea para orientarse. Impresiona
Antes de llegar a casa paseo por la noche. El cielo lechal orienta al peregrino en el Camino de Santiago, al marinero mercante rumbo a otros mares, al poeta que llora mirando la luna , y a los escarabajos africanos que regresan con su enorme bola de heces a impresionar a su chica.
Recuerdo una poesía de Gloria Fuertes:
Cierra los ojitos, mi niño de nieve.
Si tú no los cierras, el sueño no viene.
Pájaros dormidos (el viento les mece).
Con sueño, tu sueño sobre ti se extiende.
Arriba en las nubes, las estrellas duermen;
y abajo, en el mar, ya sueñan los peces.
Mi niño travieso, mi niño no duerme.
Ángel de la guarda, dime lo que tiene.
Que venga la luna que a la estrella mece,
que este niño tuyo lucero parece.
-------------------
EN LO SECRETO : NIÑEZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario