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sábado, 2 de enero de 2016

CARTAS DE AMOR.

Al final, una gran pasión acaba diluyéndose en la vida cotidiana como un río caudaloso desemboca en el mar. 

Releo una cartas  que escribí hace años. Son cartas de  amor. Me cuesta reconocerme en ella...¡buf!: ¡estaba como una cabra!

Al final todo eso no son más  que palabras. La  vida  va por otros  derroteros. 

Joan Manuel Serrat ha escrito versos inspirados  por el amor, versos de  una belleza  estremecedora Pero estoy seguro que cuando  Serrat  estaba enhebrando el hilo de oro de Paraulas de amor , poseído por la inspiración, tal vez, no pensaba en tal mujer sino sólo en la cadencia y en la rima del verso. 

En cambio, ahora vive  con una mujer que no es la inspiración de esa melodía , pero que  sabe que el poeta ha tenido ya algún infarto y está atenta a su dieta , a sus pastillas, a que se cuide  un poco. En fin, lo que de verdad hace el amor.

Dispuesta a hacer de su parte todo lo posible por defender su amor, le acompaña al  hacer la revisión y al llegar a casa, le  da un beso antes de acostarse juntos .

 " Paraulas de amor, sencilles i tendres", canta él."

Y ella le contesta  " no duermas boca arriba, porque roncas, amor mío". 

Aquella mujer a quién   le escribí esas cartas  me volvió loco  . La gran pasión que me  provocó  se diluyó en unas rimas en el aire de  la imaginación y el deseo. Nuestras vidas son las cartas que escribiste que van  a parar al mar. Nada. Papel mojado. 

Pero si mi  amor hubiera tocado tierra y como un río poderoso hubiera desembocado suavemente en la vida misma de  esa mujer, y en la mía,  un día en que ella estuviera mala, ningún verso de Joan Manuel Serrat  hubiera sido más insigne que éste:"  X  voy a prepararte para desayunar un café  bien calentito, una tostada recién hecha, y un zumo de naranja.

Lo demás son tonterías.


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15 comentarios:

  1. „No quieren el olvido“.

    En unos famosos versos muy hilarantes y picarescos, el Arcipreste de Hita dejó escrito que las mujeres „no quieren el olvido, cosa probada y cierta“. A las mujeres les gusta que se esté pendiente de ellas, mientras que los hombres lo que quieren es que les dejen en paz. Por eso las mujeres son tan detallistas y se quedan tan agradecidas con los pequeños detalles y tan defraudadas cuando no los reciben, lo cual ellos perciben como tonterías, mientras que los hombres buscan más los horizontes y las profundidades y prescinden de las menudencias, lo cual ellas perciben como indiferencia, despreocupación y desaliño. Precisamente porque los hombres necesitan quedar disponibles para las lejanías, perciben la vinculación a las pequeñeces cotidianas como encadenamientos, es decir, como cargas y como lastres, mientras que las mujeres perciben las lejanías como fantasías y quimeras, si es que no como chaladuras. Este mundo nuestro, en el que cada vez todos estamos más pendientes de que los demás estén pendientes de nosotros, yo lo percibo como un mundo feminizado, y cada vez valoro más a quienes se limitan a ir a lo suyo sin esperar confirmaciones, resultados ni reconocimientos.

    https://www.youtube.com/watch?v=N4ZsnueoqZw

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  2. No tienes ni puta idea, Quilbombo!

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    1. Fíjate si tengo idea y te conozco, que sabía que ibas a escribir exactamente eso. Un abrazo y buenas noches.

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  3. Anonimo
    se puede decir eso mismo de otra manera

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    1. Lo que está claro y queda de manifiesto es que el teniente no tiene ni idea de cómo pensamos las mujeres. Al menos con respecto a las que tenemos menos de cincuenta.

      Rosamari

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    2. Rosamari, el teniente sí que tiene razón. Pero a lo que el ha dicho, hay que añadir que os molestais cuando os describen con acierto. Y salís con lo de que "no tienes ni idea", etc.

      Eduardo

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    3. Cómo oleis algunos a naftalina!

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    4. "Lo que tu digas. Y el planeta tierra es cuadrado, y lo que quieras. Claro que sí." (Hay que ser galante).

      Eduardo

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  4. Anónimo: El teniente Quilombo es teniente porque no acepta ascensos; al menos, de momento. ¿Piensas en lo que lees?

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  5. Y driver?se sabe algo?donde esta? Está bien????

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  6. Carta hay muchas, pero la mejor carta es vivir la virtud según su razón moral objetiva, acorde con los dictados exactos de la conciencia y la contención viviendo el lo recto aplicado en lo exacto.

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  7. Yo estoy en la línea de Ortega cuando dice que "la obra romántica provoca un placer que apenas mantiene conexión con su contenido. El sujeto goza de sí mismo; la obra ha sido solo la causa y el alcohol de su placer. La metáfora es la potencia más fértil que el hombre pose y la poesía el álgebra superior de las metáforas".
    El arte como contagio psíquico o el arte como claridad.

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  8. Pues hoy, mi mujer se ha enfadado conmigo. Poco tiempo, pero con una fuerza impetuosa, intensa y vehemente que me ha acojonado y dejado anonadado. Es que, en medio de una conversación, le he soltado que estaba pensando como un hombre.

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  9. Saco a colación unos versos del poeta beréber Idris, un hombre del desierto, quien en una memorable noche de baile y estrellas junto al fuego, improvisó unos versos que recitó espontáneamente y que hoy es la primera vez que se escriben en español.
    " Ella ríe.
    Y su risa se mezcla con el viento.
    Sube alto, muy alto.
    Caracolea entre nubes y vapor de aire.
    Arriba, muy arriba.
    Allá en lo alto
    Donde no hay mentiras.
    Sino música y armonía.
    Y una paz de tres pares.

    Ella sonríe.
    Y hay paz.

    Toda La Paz del mundo en una sonrisa.

    Porque ella.
    Acaba de renacer.

    Con una simple sonrisa.

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  10. Los bereberes tienen la costumbre de hacer grandes celebraciones en las bodas, que duran varios días.
    El poeta Idris suele ser invitado a ellas, pues adorna las ceremonias con sus improvisados versos orales, muy apreciados por las tribus bereberes del Sahara.
    Su padre es artesano y labra vasijas con chapones de cobre.
    En ellas escribe frases milenarias, siendo las vasijas un regalo muy común en aquellas áridas tierras.

    Hice un trueque con ellos. Yo les regalé un cuento a cambio de una vasija, donde escribieron en su lengua lo siguiente :
    " Un hombre de verdad no enamora a mil mujeres, sino que enamora mil veces a la misma mujer".

    Los bereberes te piden que hables con ellos en tu lengua.
    Es la única forma que tienen para aprender.
    Escuchar.

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