Hoy hace un año que dejé de fumar.
Fumé desde que tuve 10 años, presumí de ello, hice bandera de esa manera de entender la vida.
Unos días antes de abandonar el tabaco me detuvieron en el avión de ida a Guatemala por fumar durante el trayecto.
Ese aroma del cigarrillo me acompañó mañana, tarde y noche. Y no había mejor perfume que humedecerme los dedos y olerlos muy cerca de la nariz. El que fume sabe de qué hablo.
Pero no fui derrotado . Quiero decir que no fue por enfermedad: dejé de fumar cuando comprendí que era una estupidez echar caquitas de colillas tiradas por aquí y por allá, jadear por subir tres escalones y, sobre todo, no poder seguir el paso de una monja sesentona ascendiendo a una aldea en Tamahu.
Las encuestas me prometen que dentro de algunos años seré un anciano sano, de colores manzaneros y andares ligeros.
El humo ha sido un secreto aliado de mis canciones y lecturas. Miles de entradas se escribieron al olor del Ducados. Cientos de películas las he visto a solas espirando el humo en la oscuridad de un cine . Con el tabaco he crecido y también imaginé muchas historias .
Fue hace un año en la Epifanía, cuando se manifiesta una luz nueva a los mortales.
La nicotina es una sustancia muy adictiva.
ResponderEliminarVeo a muchos que dejan una adicción no tolerada por la sociedad (tabaco, alcohol) y la cambian por otra adicción tolerada por la sociedad (comer, gimnasio o cualquiera de las muchas posibles). Pienso que debemos ir al fondo de la persona para ver cuál es el problema. Todos tenemos problemas.
También hace cosa de un año que no interviene el bueno de Egg. Podrá caer más o menos bien, pero era ejemplar en su defensa de los balores
ResponderEliminarDriver?? Estas bien?
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