Archivo del blog

sábado, 7 de noviembre de 2015

AMARGO COMO LA HIEL, AGRIO COMO EL VINAGRE, REPUGNANTE COMO EL REJALGAR

“No encontraréis la felicidad fuera de vuestro camino, hijos. Si alguien se descaminara, le quedaría un remordimiento tremendo: sería un desgraciado. Hasta esas cosas que dan a la gente una relativa felicidad, en una persona que abandona su vocación se hacen amargas como la hiel, agrias como el vinagre, repugnantes como el rejalgar.”

Esta es la maldición del rejalgar que san Josemaría deseaba a aquellos  que abandonaban la vocación a la opus.
Es doloroso ver personas enredadas en la maldición del rejalgar, como constreñidas o aplastadas por la creencia de que lo mejor para su vida y su alma es algo que abandonaron y a lo que no pueden regresar.
Una pena…porque todo es mentira. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario