Entran una parvada de niños en el colegio cargados con sus macutos al hombro.
Ellos no lo saben , pero el destino de ese viaje es un Planeta muy lejano.
De momento, no saben el nombre de los espacios que cruzarán hasta llegar a él, las coordenadas del trayecto, la materia interestelar que deberán sortear hasta llegar allí y si en ese planeta encontrarán un cofre repleto de monedas de oro que alguien ocultó allá, o será un ambiente inhóspito y frío.
El patio del colegio donde hacen fila para esperar a entrar en las aulas , es una ruidosa dársena , una especie de Cabo Cañaveral con sus lanzaderas : las naves de esos críos despegarán de allí cada mañana.
De momento, no saben el nombre de los espacios que cruzarán hasta llegar a él, las coordenadas del trayecto, la materia interestelar que deberán sortear hasta llegar allí y si en ese planeta encontrarán un cofre repleto de monedas de oro que alguien ocultó allá, o será un ambiente inhóspito y frío.
El patio del colegio donde hacen fila para esperar a entrar en las aulas , es una ruidosa dársena , una especie de Cabo Cañaveral con sus lanzaderas : las naves de esos críos despegarán de allí cada mañana.
En la pizarra , el profesor , con mano firme en el timón , les traza el mapa del planeta: Natus, Socis , Historia, Lengua: cada asignatura marca un rumbo en el espacio, y cada rumbo una aventura personal.
El viaje es una incógnita: largo, imprevisible, lleno de incertidumbres. A veces no es tan largo como se presumía, y la nave anda a la deriva por el espacio, o se estrelló contra un meteorito que pasaba por allí.
No todos llegan al planeta que señalaron los mapas como final de travesía. La mala suerte, la falta de esfuerzos, la pobreza de medios...el universo está infestado de basura cósmica , delirio de cometas al azar, agujeros negros.
O de otros seres vivos que desconocemos.
O de otros seres vivos que desconocemos.
Cuando lleguen a su destino - no siempre será el que pensaron- , preguntarán donde está el cofre del tesoro.
Ellos hoy no lo saben, pero ese tesoro despegó con ellos: estaba en la mochila que llevaban al entrar en el colegio: los profesores , los libros, los amigos, las medio novias que conociste, los fracasos, las alegrías.
Fuiste de acá para allá con ella, y ningún escáner lo detectó en las aduanas, cruzaste todas las galaxias, y nadie te la podrá arrebatar.
De todas formas hay un planeta al que se llega sin pasar por la escuela de Cabo Cañaveral: son los que tienen vocación. Nacen sabiendo lo que quieren.
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