He tratado de cerca a esas familias de ricos con generaciones a la espalda, algunos apellidos ilustres, que actúan con el dinero de forma muy distinta al nuevo rico.
Se mueven constreñidos por una ética pudorosa, timorata y con recato del lucro. No les gusta dar el cante como los horteras del ladrillo, o algunos políticos venidos a más, o gente de la farándula y el deporte, que les chifla pre
La única excepción que he visto son los banqueros. Tal vez las enseñanzas evangélicas dedicadas al rico Epulón y al pobre Lázaro, al camello y el ojo de la aguja, o lo bienaventurados que son los pobres, les pesa en su conciencia. Los que conocí eran piadosos observantes. Alguno bastante Scrooge.
Con esta gente puedes hablar de sexo, de vinos , de los placeres de la mesa, pero jamás de dinero.
Sin embargo, el nuevo rico se deleita en mostrar su fortuna y contarnos lo bien que le van sus inversiones.
Los señores del dinero, éstos de varias generaciones, saben que nuestra religión permite a todo buen cristiano servir a dos señores , pero mejor si sus inversiones se gestionan en silencio, y en la soledad de una caja fuerte. Son como algunas de las primeras órdenes monásticas , que tenían entre sus votos la prohibición de tocar físicamente el dinero.
Este pudor y este sigilo lleva a esta gente a la sacralización del secretismo. Por esa razón, cuando les han pillado en alguna inversión millonaria en paraísos fiscales, o en alguna chapuza bancaria, callan. No dicen ni mú. De las preferentes conocemos las víctimas : los pobres incautos y timados.
Pero también hay ricos. Esos ,chitón.
En la novela “Lejos del mundanal ruido” hay una escena impactante : cuando un perro arrastra a todo el rebaño hasta el fondo de un acantilado y arruina al joven y entusiasta pastor Gabriel Oak. Su autor, Thomas Hardy,recomendable tipo, trataba de expresar así la crueldad y la injusticia del mundo.
Exactamente lo que ha sucedido con las preferentes, con la estafa Madoff , con la amnistía fiscal a los ricos …un perro les ha llevado al acantilado.
Estos días oímos hablar de la necesidad de regular los mercados y reformar el capitalismo. ¿El capitalismo?,¡ja!… Mientras no reformemos la condición humana…
te encontré!
ResponderEliminar¡Premio!
ResponderEliminarDame tu dirección de correo y te envío un buen libro
Un abrazo
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Ya la tienes. Nos vimos por última vez el miércoles pasado en la planta 4 de un edificio de la Castellana...
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